Jesús Pichardo "Sóniko" en su establecimiento |
Para saber un poco más de este rollo y compartirlo con nuestros queridos huayavidentes que no se han tatuado pero les pica la curiosidad, el equipo de Huayavisión se dio un rol, cámara en mano, por la Plaza Diamante y ahí platicó con el camarada Jesús Pichardo, mejor conocido por sus cuates como “Sóniko”. Él es un apasionado de las artes visuales que comenzó haciendo dibujos y grafitis y que ahora lleva cuatro años tatuando a todo el que quiera, pues le parece que esta actividad es una manera de seguir experimentando con la gráfica, aunque con un grado de dificultad mayor, al estar trabajando sobre un “lienzo vivo", así como con el dolor y las sensaciones.
“Sóniko” explica también que cada persona busca marcarse la piel por motivos diferentes, entre ellos el de “tener un sello, un sello que no te vas a quitar; por eso es bonito hacerse algo significativo, emblemático”.
La idea de este chavo de apenas 24 años es la de poder consolidar su chamba de manera artística, más allá de lo comercial: “nuestro enfoque ideal es lo artístico, si es posible, una pieza que sea auténtica, que sea única e irrepetible”.
Aunque seas muy bueno en este oficio, un tatuaje no se hace de buenas a primeras y antes de aventarte a hacer uno es necesario tomar medidas de precaución y sobre todo de higiene, para evitar cualquier problema (heridas, infecciones etc.); es por ello que "Sóniko" prepara cuidadosamente su mesa de trabajo con todas las herramientas que se requieren antes de pasar a lo mero bueno.
Lo primero que hace es colocar y fijar una telita llamada “campo quirúrgico” sobre una mesa donde asienta posteriormente trastes que contienen agua, jabón quirúrgico y vaselina, la cual “ayuda a que la máquina fluya un poquito mejor, y la tinta no se pegue demasiado y la puedas limpiar”, según nos cuenta "Sóniko".
En seguida vierte las tintas que va a usar en pequeños contenedores. La gran mayoría de las tintas están hechas a base de pigmentos derivados de metales; en realidad eso hace que sean potenciales causantes de reacciones cutáneas, aunque cada color está formado por distintos compuestos y es por eso que hay que tener mucho cuidado al momento de tatuar.
Ya luego "Sóniko" nos muestra las agujas que emplea y que son desechables. “Yo aprendí a trabajar con dos agujas, una para línea y una para el relleno o para sombras. En la de línea hay como cinco o siete agujas pequeñas acomodadas como en una brocha y en la otra son hasta nueve”, aclara.
Cabe mencionar que todas las herramientas y frascos son cubiertos con bolsitas de plástico además de que nuestro camarada tatuador no se olvida de ponerse sus guantes de latex, en color negro (también desechables).
Por último nos enseña las máquinas, las cuales tienen dos bobinas y funcionan con un pedal. Van conectadas a un regulador de voltaje; “prácticamente lo que hacen es subir y bajar”.
Después de preparar todo lo necesario, el resto es muy sencillo; se trata de definir la imagen o las palabras que el cliente desea tatuarse de acuerdo al estilo que más le agrade. La figura es plasmada en una hoja con ayuda de un papel hectográfico que hará que los trazos se marquen en la piel en el sentido correcto. Una vez hecho esto, el tatuador puede aplicar la tinta sobre las líneas, porque hacerlo sin ninguna base sería muy aventado.
Si quieres ver como el camarada “Sóniko” hace un tatuaje solo tienes que ver este video que te dejamos a continuación:
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